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fisiología del fútbol

En la actualidad, el fútbol es el deporte más popular del mundo. Según la encuesta Big Count Fifa de 2006 lo practican más de 265 millones de personas en todo el mundo. También se puede considerar un espectáculo mediático por la cantidad de audiencia que acumula. Un ejemplo de ello es la Copa Mundial de la FIFA, celebrada en Sudáfrica. Se retransmitieron un total de 71,867 horas de fútbol con una audiencia de más de 3.200 millones de personas en todo el mundo, según el informe de audiencia televisiva de la Copa Mundial de la FIFA Sudáfrica 2010.

Las demandas físicas del juego han aumentado en las últimas décadas. Esto se debe al mayor número de pases, regates, centros y carreras con balón que en su conjunto equivalen a un aumento significativo en el “tempo” del partido. Además, hay que tener en cuenta que los clubes de élite pueden llegar a jugar 60 partidos durante una temporada. Acumulan períodos de congestión de partidos (de 1 a 3 semanales). Pueden complicarse aún más por problemas de viaje durante competiciones europeas o partidos de selecciones nacionales. Estos provocan gran fatiga en los jugadores y, si le añadimos una recuperación inadecuada, puede conducir potencialmente a un rendimiento bajo y a un mayor riesgo de lesiones.

Los objetivos nutricionales son lograr un mayor rendimiento durante el entrenamiento y la competición. También se incluye mantener un peso corporal y una condición física óptimos y minimizar el riesgo de lesiones y enfermedades.

Fisiología del ejercicio en el fútbol

Por suerte, en las últimas décadas se han conseguido grandes avances en el campo de las ciencias del deporte, y particularmente en el fútbol.

La mayor parte de la investigación biomédica se ha centrado en tres áreas importantes: las demandas fisiológicas del juego, las características antropométricas y las capacidades fisiológicas y de rendimiento de los jugadores. También se incluye el uso y biodisponibilidad de los sustratos energéticos durante el entrenamiento y el partido, incluyendo la influencia de la posición del juego.

El fútbol es un deporte de equipo intermitente, donde se realizan movimientos de baja intensidad. Un ejemplo de ello puede ser caminar o trotar, durante más del 70% del partido, intercalados con 150/250 acciones intensas, donde se incluyen carreras a máxima velocidad, giros y saltos.

Rendimiento durante el partido

Durante el partido, la fatiga puede ocurrir temporalmente después de períodos cortos e intensos en ambas mitades y progresivamente hasta el final de cada tiempo. Se ha descubierto que la distancia total y las actividades de alta intensidad disminuyen después de los periodos más exigentes y al final de la segunda mitad en comparación con la primera mitad.

El análisis de partidos nos sugiere que la distancia recorrida en la carrera de alta intensidad en los últimos 15 minutos del partido es un 14-45% menor que la observada durante los primeros 15 minutos.

Por último, el rendimiento en saltos, carreras de velocidad y ejercicio intermitente parece ser significativamente más bajo en comparación con los valores iniciales.

El conjunto de estos hallazgos nos indican que los jugadores experimentan fatiga hacia el final del partido y temporalmente después de ráfagas intensas.

Composición corporal en el fútbol

Es fundamental comprender cómo afecta la composición corporal al futbolista, en especial a nivel nutricional. Esto nos podría servir como punto de partida para determinar el tratamiento dietético y nutricional.  Al identificar la masa grasa y muscular total se podría favorecer el aumento o disminución de las cantidades totales de energía y/o determinados macro y micronutrientes, mediante cambios en el régimen alimenticio.

Los futbolistas, generalmente se benefician de un físico más ligero y delgado, con mayor proporción de músculo que grasa. El almacenamiento de grasa corporal puede actuar como un lastre para ser levantado en contra de la gravedad durante saltos y carreras. Esto afecta al gasto energético y está inversamente relacionado con la capacidad aeróbica, la relación potencia/peso y la termorregulación.

 

Valores óptimos

Actualmente, no hay definidos valores de composición corporal óptimos para futbolistas. En la mayor parte de investigaciones los resultados obtenidos muestran que el porcentaje de grasa oscila entre un 6% y un 20%. Esto se debe en parte a la gran variedad de fórmulas para estimar el porcentaje graso. Tenemos de ejemplo a jugadores de la Premier League inglesa, en la que los resultados obtenidos marcaban valores de un 10,6% , 11,2% y 10,0%.

La cantidad adecuada puede considerarse que está alrededor del 10%. En estas investigaciones se encontraron variaciones según la posición desempeñada, de las cuales hablaremos en próximos artículos.

Además, tenemos que tener en cuenta que la masa grasa, muscular y mineral varía según el momento de la temporada. Las tendencias estacionales reflejan un aumento de la masa grasa durante la temporada baja. Esta se reduce durante la pretemporada, cuando el volumen de entrenamiento es más alto. Sin embargo, al final de la temporada competitiva los valores retornan a los del inicio de pretemporada.

La masa libre de grasa aumentó significativamente desde el inicio de la pretemporada hasta el inicio de la temporada. Estos cambios se mantuvieron durante toda la temporada competitiva

Por último, la edad, el sexo y la genética son factores que influyen en la composición corporal del futbolista. Por ello es de gran utilidad proporcionar pautas individualizadas a cada jugador.

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